El postre y la golosina típicos de Turquía
La gastronomía turca no sólo se basa en
carnes, arroz, berenjenas, hierbas aromáticas y especias, también hay lugar
para la pastelería y quien lleva la punta en este sector es el baklava, tradicional
de Turquía y también muy popular en Gracia, Medio Oriente y la región de los
Balcanes.
Originalmente se consumía en el día de
Pascuas, se preparaba con cuarenta capas de masa fila, que simbolizaban los
cuarenta días de ayuno, entre las que se colocaba nuez picada o masa de nuez.
Debido a la popularidad alcanzada, se
convirtió en el favorito de los sultanes turcos.
Este majar se suele acompañar con té, también
muy popular es esta región, o café turco que tiene una preparación distinta a
la que conocemos, el azúcar se agrega durante su preparación y no después. Se
consigue en todos los tatlici, que son las confiterías turcas.
Otra delicia dulce de este maravilloso país es
el lokum.
El nombre puede resultar raro, pero todos
hemos comido estas golosinas en nuestra infancia, y no son más que la debilidad
de muchos: las gominolas.
Son unas de las golosinas más antiguas del
mundo que, según la historia, surgió en un concurso que organizó un goloso
sultán turco que quería que crearan una golosina única.
Alcanzó popularidad en Turquía a fines del
siglo XVII, cuando en Estambul un confitero, especializado en la receta, montó
una tienda en el centro de la ciudad, y allí fue cuando las mujeres comenzaron
a regalar lokum entre sus amigos.
El nombre gominola se lo dieron artesanos españoles,
cuando la golosina llegó a la Península Ibérica en la Edad Media.
En Gran Bretaña se comercializó con el nombre
de Turkish Delight, cuando en el siglo XIX un turista al que le encantó el lokum, comenzó a enviar
cajas de este producto a su tierra.
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